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LA MÚSICA

Un mal día

para el

OCK

"Granada no va a vivir de franquicias. La gente quiere ir a su bar de siempre"

 

Paco Burgos, Dj residente en la sala Boogaclub

Paco Burgos, Dj residente en Boogaclub y habitual en locales como Rocknrolla, es uno de los muchos afectados por el cierre de la hostelería y del ocio nocturno en la ciudad de Granada. Y, aunque intenta “reinventarse” para salir adelante, considera “sumamente restrictivas” y “sin sentido” las medidas tomadas por la Junta de Andalucía.

Paco Burgos

Fotografía: Ramón L. Pérez / IDEAL

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Bares cerrados, discotecas cerradas… ¿Cómo le afecta eso a un Dj que se gana la vida en el mundo de la noche?

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Yo, básicamente, me he quedado sin trabajo. Encontrar salidas como Dj ahora mismo es complicado, por no decir imposible. Afortunadamente, solo es uno de mis oficios, así que estoy intentando buscarme la vida en otros, como locutor de radio, de lo que tengo veinte años de experiencia, pero tampoco es fácil.

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Te dicen “reinvéntate”, y uno se reinventa, pero incluso reinventándose es muy difícil. Están poniendo muchas dificultades. Las instituciones nunca han tenido una gran consideración por el mundo de la cultura, de la noche y de la música en directo.

 

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¿Realmente son peligrosas las reuniones en bares o conciertos?

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Obviamente riesgo de contagio hay, pero mucho menos del que se está diciendo. Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, los contagios en hostelería no alcanzan el 3,5% y se encuentran en torno al 1% en los conciertos. Las medidas que se están tomando son sumamente restrictivas, cuando se está haciendo bien por parte de la hostelería y de los comercios pequeños. Ellos toman las medidas de seguridad necesarias y se suma la conciencia del público. Quien lo está haciendo bien lo sabe; quien no, lo llevará en su conciencia. Pero se está castigando al sector en demasía cuando estar en un bar es bastante más seguro que en otros espacios. Además, con los bares se evita que la gente haga más fiestas "clandestinas" en casa, ya que pueden estar en el bar de forma más segura.

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Es más, hace poco, un catedrático de Económicas de la Universidad de Granada decía que habría que apostar por el turismo cultural, que es lo que puede reforzarnos. No el típico turismo estándar, sino el cultural, que fomentará mucho más la economía.

 

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¿Y qué medidas habría que tomar?

 

Una cosa muy importante es dejarnos trabajar, pero parece que el Covid es muy buena persona hasta las nueve de la noche y a partir de las diez ya se convierte en un ser despreciable, asesino y aniquilador…

 

Tienen que escuchar a los profesionales, a la gente. Si tú no sales habitualmente a un local, a un club, a conciertos, y pecas de exceso de despacho, es muy difícil salir de esta situación. Hay que tener en cuenta a los que saben de esto, escuchar a los hosteleros y dejarlos trabajar, que propongan sus medidas.

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Los conciertos de los últimos meses han funcionado perfectamente, con todas las medidas, aunque la rentabilidad no es la misma, por eso hay que dar ayudas económicas directas al sector, como en otros países. Hay que reducir los impuestos, los alquileres… Es gente que si no abre su negocio no genera. Es una cuestión temporal, pero está matando al personal. Un diálogo a tres bandas entre el Ayuntamiento de Granada, la Junta de Andalucía y los dueños de los locales es la clave.

 

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¿Cuál es el mayor riesgo de que tantos negocios no puedan estar en funcionamiento?

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El temor está en que Granada se convierta en una ciudad de franquicias. Entonces, dejará de venir gente, dejarán de venir estudiantes y los dueños de los locales y los pisos dejarán de alquilárselos a ese público. Se va a dejar de ganar mucho dinero. Aun así, esta ciudad no va a vivir de franquicias, de Starbucks ni de Pans&Company. La gente quiere ir a sus bares, a sus tiendas habituales o a su sala de conciertos de siempre. Una ciudad tiene su servidumbre, tiene sus fiestas, sus locales, su vida nocturna… Una ciudad necesita su ruido.

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Hay gente que está muy feliz con esta situación, sin ruido, pero el exceso de silencio provoca que haya más inseguridad. A esto hay que añadir los problemas psicológicos que está generando a empresarios y trabajadores del sector. Hay gente que lo está pasando realmente mal, no pueden dormir desde hace meses... En fin, problemas realmente graves.

 

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Entonces, ¿qué es lo peor de esta situación?

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Me molesta mucho la gente que está vertiendo sus críticas a los bares y las salas e incluso se jacta de ello en redes sociales. Me parece intolerable, pero como no les afecta directamente… Bueno, ellos creen que no, pero ya se verá cuando un montón de negocios no vuelvan a abrir y deje de venir gente, entre otras cosas. Cuando los dueños de pisos y locales se enfrenten a mil inconvenientes y problemas para arrendarlos pues ya me dirás. Granada es una ciudad con mucho movimiento, lo que pasa es que en Granada se cumple la teoría de los círculos concéntricos. Es decir, por un lado, hay mucho movimiento y por otro, el mismo para intentar abortarlo.

 

 

Cuando se levanten las restricciones, ¿qué es lo primero que hará?

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Irme a tomar una cerveza. A mis bares de siempre. Al Blus Rock and roll bar, Mala Vida, Rainbow, Nightrain, El Vinilo, Planta Baja y Lemon Rock si están abiertos. Además, allí también estaba poniendo música. Soy muy de La Moderna también, voy casi siempre a los mismos. En un bar de rocieros no creo que me veas, ni de cereales tampoco.

Aquí la gente tiene claro lo que le gusta y dónde quiere ir. Afortunadamente, Granada es una ciudad con mucha oferta y mucha cultura, hay que cuidarla.

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